La cicatrización de una escara es un proceso muy largo y laborioso por lo que debemos incidir en su prevención.
Es una lesión cutánea de origen isquémico debido a la compresión de los tejidos blandos entre un material más o menos duro y las prominencias óseas. Son una fuente de dolor e infecciones para la persona que las sufre.
El sacro es la localización más frecuente de las úlceras por presión. Le siguen de cerca los talones, los trocánteres femorales (caderas) y los codos.
Grados y evolución de las escaras
Como ya hemos dicho, la curación de una úlcera por presión es muy lenta así que es necesario aprender a identificar los diferentes grados para actuar desde la aparición de los primeros síntomas.
1. Grado I: Enrojecimiento. Lesión dermo-epidérmica reversible que desaparece en unas cuantas horas/días tras liberar la zona sensible del apoyo.
2. Grado II: Pérdida parcial del grosor de la piel. Puede afectar a la dermis y/o epidermis. Es una lesión superficial tipo abrasión o ampolla.
3. Grado III: Pérdida total del grosor de la piel con muerte del tejido subcutáneo o incluso más interno. Aparece una capa negra endurecida de la piel producida por la necrosis evolucionando hacia una ulcera poco profunda que puede cursar con pus e infección.
4. Grado IV: Aparece un cráter. Hay una lesión grave con necrosis tisular que puede acompañarse con daño muscular, óseo y de elementos de sostén.
Factores que contribuyen al desarrollo de estas escaras:
El estar reducidos a cama o silla, no poderse mover, falta de control de orina o excremento, mala nutrición, o falta de lucidéz mental son claros factores que contribuyen, su riesgo de sufrir depende del número y gravedad.
1. Estar reducida a cama o a silla.
Si debe permanecer en cama, en una silla, o silla de ruedas, su riesgo puede aumentarse.
2. Falta de actividad.
Si no puede moverse o cambiar de posición sin ayuda, tiene mayor riesgo. Personas en estado de coma, las que están paralizadas, o las que se han fracturado la cadera, tienen mayor riesgo. El riesgo disminuye cuando las personas se pueden mover por si mismas.
3. Falta de control de orina o excremento.
Hay mayor riesgo de padecer escaras por contacto si no puede mantener la piel limpia de orina, excremento o sudor, ya que la humedad puede irritar la piel.
4. Mala nutrición.
Si no puede mantener una alimentación adecuada, la piel no recibirá los nutrientes necesarios para mantenerse sana.
5. Falta de lucidéz mental.
Cuando las capacidades mentales disminuyen, la persona no puede hacer lo necesario para evitar las llagas.
Diez claves para prevenir las escaras
1. Garantizar una buena hidratación y nutrición rica en proteínas.
2. Mantener buena higiene corporal: Realizar una ducha diaria si es posible o un aseo completo en la cama o incluso dos al día si fuera necesario. Utilizar un jabón neutro, no frotar y secar totalmente la piel cuidadosamente. Nunca aplicar alcohol porque deshidrata la piel ni hielo o secador de pelo muy caliente.
3. Controle regularmente la humedad de la piel, esta sufre una gran agresión con las heces, la orina y el sudor.
4. Realizar masajes suaves y específicos para mantener un buen trofismo de la piel. Se deben realizar sobre la piel limpia y seca utilizando los dedos y las palmas sin realizar presión excesiva siendo especialmente delicados sobre las prominencias oseas. Podemos aprovechar para aplicar cremas hidratantes o aceites bien toleradas por el paciente. Nunca dar masaje a nivel local cuando la escara esté ya en grado I o II.
5. Al hacer la cama asegurarse de que las sabanas están limpias, secas, sin pliegues ni restos de comida. No utilizar grandes vendajes o apósitos ni ropas muy ajustadas o muy sueltas de tejidos ásperos.
6. Estimule a la persona a realizar ejercicios y moverse. Si su estado de salud no lo permite, realícele usted mismo movilizaciones de los cuatro miembros para mejorar la vascularización y mantener las amplitudes de las articulaciones.
7. Cambios de posición frecuentes en la cama: Es imperativo cambiar a los pacientes de posición cada 3 horas alternando la postura tumbado boca arriba, del lado derecho a 30 grados y del lado izquierdo a 30 grados. Evitaremos girar de lado completamente a la persona ya que esto ejercerá una presión excesiva sobre el trocánter (hueso de la cadera) pudiendo provocar escaras. Nos ayudaremos de almohadas y cojines para una posición mas cómoda.
8. Si la persona mayor puede estar en la silla de ruedas o sillón no debe quedarse en cama todo el día, puede estar sentado durante 3 horas, tras este tiempo debemos asegurarnos de que se levante y camine si es posible o tumbarle para liberar los puntos de apoyo.
9. Infórmese de los tipos de materiales anti-escaras que existen para ayudarle en su labor de prevención de las ulceras por presión: cojines, colchones, taloneras…
10. Aproveche el momento del aseo, de los cambios posturales y de los masajes para inspeccionar cuidadosamente las zonas de riesgo para una correcta prevención.